Con esas fantásticas tardes estuvimos varios días, las cuales se las contaba a mi mejor amiga en la hora del patio día a día. Hasta que llegó el viernes, ese día no tenía baile y dijimos de estar salir hasta algo más tarde como amigos que aún eramos.
Pero justo esa tarde, nada más volver del insti pensé en poner en otra pared de mi habitación, ya pintada; ``El baile es mi forma de vivir´´. Creía que a mi madre no le importaría, pero no fue así. Cuando mi madre lo vio, me empezó a decir que si estaba tonta, que como se me ocurría... lo típico. Aun así yo tengo mi frase en mi pared, aun que lo malo de eso fue que mi madre me castigo sin salir el viernes. Tuve que llamar a Kike, lo entendió, aun que el también me hecho un poco la bronca.. pero aun así era monísimo, más que nada por que me dijo que alomejor tendría cierta sorpresa.
No obstante de eso, me cabreé con mi madre, con el mundo, como muchas veces me pasaba.
Pero en cuanto acabé de cenar se me alegró el día. De pronto empecé a oír golpes de piedras en mi ventana. Me asomé y no vi a nadie. Ya que me asomé la abrí, hacia calor. Me gire para guardar la ropa y de pronto escuché un hola, me di la vuelta y vi a Kike en el árbol de enfrente. Le deje entrar por mi ventana recién abierta.
-No quería desaprovechar una tarde como esta, es viernes, el mejor día de la semana ¿Porqué no pasarlo con la mejor chica que he conocido en este pueblo?-Me preguntó dulcemente.
-Pues muy buena idea bonito- Casi siempre le hablaba con un tonito gracioso y cariñoso, casi siempre muy cerca uno del otro.-Iba a ver la tele.. ¿Te apuntas?
-¿Y tu madre?
-Ni caso, me enfadé con ella y sabe que en día como estos lo mejor es dejarme sola.
-Pues entonces, claro. - Chocamos frente con frente, hicimos el tonteo que llevábamos haciendo desde hace unos tres días. Nos estiramos en la cama y pusimos una película que acababa de empezar. Empezaron los anuncios y empezamos ha hablar. Me levanté un momento para ir al baño, al volver me cogió de la pierna y caí encima suyo. Quedamos tan cerca que nuestras narices se rozaban.
-¿Sabes que estas preciosa desde tan cerca?- Me preguntó con un tono muy suave. Me acerqué más.
-¿Y así qué?- Insinuó con su cara que no estaba mal. No me pude resistir, era el chico de mis sueños, era divino, pensé que en el amor había que arriesgar y que no podía estar toda la vida rallada por alguien que no merecía la pena. Quise que fuera romántico, así que deje que primero nos rozaran los labios para que tuviera realmente deseo de besarme. Finalmente nos besamos. Fue uno de los mejores besos de mi vida, lento, dulce y largo. Paramos, nos miramos, se volvió ha acercar a mis labios y me volvió a besar. Ese beso fue mucho más largo, muy largo. Después de ese largo beso nos abrazamos y encima suyo me quedé.
-¿No he ido deprisa, no?- Me encantó que se preocupase, ese chabal era increíble.
-Para nada, todo ha sido precioso, a su tiempo, dulce..no te puedes imaginar lo bién que me siento a tu lado- Me hizo una mirada enamoradiza y me dio otro bonito beso. Me sentí como una gatita con su dueño, como un pajaro en su nido.
Finalmente nos quedamos dormidos en mi cama.
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