viernes, 4 de noviembre de 2011

El camino de arena.

Al cabo de unos veinte minutos nos levantamos del banco y fuimos a dar una vuelta por un bonito camino de arena. Íbamos hablando de tonterías y por fin sintiéndonos cómodos uno con el otro. Decíamos paridas y cosas graciosas, típicas de la edad, pero a mi era lo que más me gustaba, poder hacer esta clase de cosas con la persona a la que quieres.
De pronto nos quedamos en silencio y el saltó con un tema, el cual se notaba que llevaba tiempo rodándole por la cabeza.

-Antes que nada quería que supieras que el te quiero de hoy no ha sido lo típico para quedar bien ni por que quiero ligar contigo..-Me reí, pero vi que hablaba en serio y rápidamente paré.- hoy tenía la necesidad de decirtelo, lo sentía.
-Mira Kike, no puedo decirte que me digas te quiero en tal momento y ni cuando deberías sentirlo o decirlo, no, eso es cuando tu lo creas.-Le dije señalando a su corazón.- ¿Lo has entendido o ha quedado muy raro?
-Lo he entendido perfectamente Álex.- Saltaron algunas risas y seguimos con el tema.
-Me gusta que te hayas soltado y que hayas sido tu, que me digas lo que porfin sientes.- Me puse delante suyo y le acabé la frase.- Que sepas que también te estoy empezando a querer. -Nos sonreímos y nos dimos un largo beso mientras que él me agarraba por la cintura y yo a el de el cuello. Por fin volvía a sentir ese cosquilleo en la barriga y esa manera de estar realmente a gusto con alguien sin pensar en lo que podría pasar, con el ejemplo de lo de David. No me había equivocado en decirle aquello, era verdad, sentía algo muy fuerte por él.
De mientras pasaba el rato se me ocurrió mirar mi reloj y vi que las horas habían pasado volando, justo entonces también me di cuenta de que se empezaba a oscurecer. Se lo dije a Kike y me acompañó hasta casa, la despedida fue difícil, no podíamos separarnos uno del otro y no dejábamos de abrazarnos y besarnos. Después de unos diez minutos en mi puerta decidimos ya ir cada uno hacía su casa. Finalmente entré con la misma sonrisa que tenía cada vez que estaba con el.

Por fin todo bien con él.

Ahora que ya estaba relajada y preparada le envié un mensaje: Si qieres hablar qdamos en 15 min en el parqe de la gran fuente.
Al cabo de un par de minutos ya pude oír mi móvil que sonaba con el tono de mensaje. Lo abrí y leí: Ahí estare. Tenía bastante claro que iba a aceptar.
Bloqueé mi iPhone y me lo puse en mi bolsillo derecho. Bajé las escaleras hasta llegar a la entrada, anuncié que me iba a dar una vuelta, me miré al espejo mientras arreglaba mi coleta y salí. 
Al rededor de unos cinco minutos llegué al parque, era pronto y lógico que él aun no estuviera ya que vive a unos diez minutos de allí. Mientras lo esperaba, cogí mi móvil y me conecté a facebook. Justo cuando estaba hablando con Eva por el chatt, un susurro alcanzó mi oreja:
-¿He tardado mucho?- Me preguntó dulcemente.
-No tranquilo, he sido yo que he llegado pronto.- Le dije algo nerviosa, pero aun así segura de mi misma.-Bueno te imaginaras que hemos quedado porque si quiero una explicación, ¿No?- Me sonrió.- Pero quiero que sepas que todo esto no tiene que ver con la decision que llegue a tomar.
-Losé.-Moví mis manos de manera en que pudiese entender de que debía empezar a explicarse.- Ese hombre era mi padre.- Paró y yo abrí tres veces más los ojos de lo que los tenía.- Según él había vuelto para buscarnos y no dejar de perder la oportunidad de tener una familia como la nuestra. Pero estaba borracho, no sabía de la mitad de cosas que decía, soltó muchas barbaridades, demasiadas. Nos dijo las mil y una maravillas a mi y a mi hermano, pero sobre mi madre insinuó de que era tantas locuras.. llegandola a llamar prostituta. Yo cada vez alucinaba más, cuando el era el que tenía un problema con el alcohol y maltrataba a mi madre, el era el malo de la familia, no ella. Al oír tantas cosas mientras se reía de ellas con una cerveza en la mano y hablando de nosotros como inútiles que no saben hacer nada sin un padre en casa, me harté de que se metiera con lo que más quería en este mundo y de que ahora intentara recuperarnos después de que yo hubiera aguantado tantas escenas dolorosas.- Me lo contó mientras se le iban cayendo lágrimas pero sin romper a llorar y aguantando ese nudo en la garganta. En cada frase que decía el corazón se me ablandaba más y le apretaba más la mano. Dejando a parte mi odio por lo violencia, entendía la forma de reaccionar de Kike y más sabiendo como era él.
-Bonito-Paré unos cuantos segundos, le miré profundamente a los ojos y seguí.- eres muy bonito, ¿Lo sabías?- Eso fue lo primero que me salió antes del típico consuelo.- ¿Sabes que no le puedo decir que no a una persona tan fuerte como tu, verdad? Esto me hace ver que realmente eres una persona que sabes muchas cosas de la vida, y que has vivido dolor.- Pensé que esta clase de gente no hace daño a la gente que quiere.
-Te quiero.- Paró y se me quedó mirando- Solo quiero que se te quede bien grabado eso, que te quiero y que sepas que confío tanto en ti que puedo contarte hasta lo más duro en mi vida- Y me besó.
-Y también sabes que si necesitas llorar estoy aquí ¿Verdad?- Me abrazó.-Aun así después de esto espero que te haya quedado bien claro que la violencia, conmigo, te puede hacer pasar malas jugadas.
-Tranquila.-Nos dimos los mil y un besos hasta que nos cansamos, y que sepáis que todo fue en el banco del fondo.