-Hombre el desaparecido- Le dije cuando aun estaba a un par de metros de mi.
-Bueno es que hoy hemos entrado a las ocho.. cuesta más levantarse.- Ahí le di toda la razón con la forma de expresión de mi cara.-Oye esta tarde no tendrás muchos deberes que digamos ¿No?
-No- Le dije un poco roja.
-Pues podríamos salir un rato por la tarde si te apetece.. además tengo que ir a buscar y pagar el regalo de mi madre.- Pensé que era una buena excusa para salir entonces.
-Vale, te acompaño- Le guiñe el ojo y el se rió. Desgraciadamente sonó el timbre, ya que por mi me quedaría horas con el.
-Bueno ya que me acompañas a lo de mi madre, te acompañare a tu edificio.. te la debo ¿No crees?
-Claro que me la debes- Le aseguré con tono bacilón. Me cogió del cuello y me contó sobre la gente de su edificio, siempre con un tono de voz perfecto.
Llegamos a mi clase, me hizo su típica sonrisa y se fue, sin dejar de mirarme a los ojos, para mi, un detalle bonito.
Y finalmente cuando llegó la hora de irse, salimos los cuatro juntos y ellos aseguraron que hoy no querían salir con gente, pero eso ahora ya no era problema. Así que esta tarde otro bonito rato a su lado, espero.
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