domingo, 29 de enero de 2012

Mi primera noche con él.

Al rato de cenar con mis padres después de dias sin hacerlo, me llamó Eva, que a la pobre la tenía bastante abandonada. Obviamente le conté todo lo ocurrido, se quedó alucinando como era nuestra historia pero realmente tengo que admitir que lo que decía sobre que era bonita era verdad, era muy bonita, aunque ella tampoco se podía quejar porque por lo que me contaba de Iván se veía que era un amor de chico. Después de una larga hora y media al teléfono con mi mejor amiga acabé unos deberes de física que por suerte no eran muy largos.
Cuando ya eran las diez pensé en repasar una coreografía de new style antes de dormirme, así que encendí mi Mac y pusé el montaje. A los 20 minutos, que ya tenia el baile bien repasado, empecé a oír golpes en mi ventana, como piedrecitas, me asomé y como no, era mi niño.
-¿Pero que haces aquí?- Dije flojo de manera que mis padres no escucharan nada.
-Intentar que mis ganas de verte aflojen.- Me contestó con su típica sonrisita picarona, aunque aun a metros de mi ventana.
-¡Shhh! ¡Que te van a oír!
-Perdona perdona princesa, ¿Pero me vas a ayudar a resolver mi problemita?-No me quedo otra que sonreirle y dejarlo subir por el balcón.
-¡No hagas tanto ruido!
-Ya esta, ya no hay ruidos.
-Bien.-Le sonreí y le dí un beso.-¿Mejor?
-Mucho mejor.- Me dijo a un centímetro de mi, mientras que le agarraba de la camiseta y nos lanzamos hacia mi cama. Empezamos a besarnos como siempre hacíamos, pero esta vez teníamos mas privacidad aunque yo por el momento no quería llegar a nada más. Si soy sincera, aunque estaba muy a gusto con el, la idea de que intentará hacer algo más allá conmigo no me dejaba de dar vueltas, así que paré un momento y le tuve que preguntar aquello que no dejaba de preguntarme a mi misma.
-Kike..- Le llamé sin mirarle a los ojos.
-¿Que pasa?- Preguntó desconcertado. Le miré a los ojos y se lo solté:
-No eres virgen, ¿Verdad?
-Cariño, eso no importa ahora.-Y me dió otro beso.
-Sí, sí importa.-Y me alejé unos centímetros de él.-Dímelo va.
-Princesa, no lo soy, pero no te voy a forzar a nada hasta que tu no quieras ni te veas preparada, tranquila.-Por mucho que el me dijera eso, no me dejo nada tranquila, tengo que admitir que yo me rallaba por todo, y me preocupaba mucho que no se sintiera completamente bien conmigo y vaya en busca de otra.
-Vale..-Le dije sacando una pequeña sonrisa, aunque mi cabeza no pensaba en un vale.
-A ver Álex, vale no, hablemoslo, no quiero que te quedes así. ¿Que piensas?
-Pienso que tal vez no te doy todo lo que necesitas y que llegará un momento que te cansaras de mi..- Le solté con la mirada baja, pero el me cojió de la barbilla y me la levantó.
-Nunca, eso nunca. Esperaré el tiempo que haga falta, son demasiadas las ganas de estar contigo, te adoro.- Ahí si que me dejó algo mejor y volvimos a nuestros preciosos besos.
Cuando llegaron las doce, dijo de irse.
-No te vayas.-Le pedí sin soltarlo del brazo.
-¿Y tu madre?
-No importa, no entrará, mañana sales por donde has entrado y ya esta.- Nos reímos. Así conseguí que se volviese a estirar conmigo, le envió un whats a su hermano avisándole y en cuestión de minutos caí dormida abrazada a su pecho.


viernes, 4 de noviembre de 2011

El camino de arena.

Al cabo de unos veinte minutos nos levantamos del banco y fuimos a dar una vuelta por un bonito camino de arena. Íbamos hablando de tonterías y por fin sintiéndonos cómodos uno con el otro. Decíamos paridas y cosas graciosas, típicas de la edad, pero a mi era lo que más me gustaba, poder hacer esta clase de cosas con la persona a la que quieres.
De pronto nos quedamos en silencio y el saltó con un tema, el cual se notaba que llevaba tiempo rodándole por la cabeza.

-Antes que nada quería que supieras que el te quiero de hoy no ha sido lo típico para quedar bien ni por que quiero ligar contigo..-Me reí, pero vi que hablaba en serio y rápidamente paré.- hoy tenía la necesidad de decirtelo, lo sentía.
-Mira Kike, no puedo decirte que me digas te quiero en tal momento y ni cuando deberías sentirlo o decirlo, no, eso es cuando tu lo creas.-Le dije señalando a su corazón.- ¿Lo has entendido o ha quedado muy raro?
-Lo he entendido perfectamente Álex.- Saltaron algunas risas y seguimos con el tema.
-Me gusta que te hayas soltado y que hayas sido tu, que me digas lo que porfin sientes.- Me puse delante suyo y le acabé la frase.- Que sepas que también te estoy empezando a querer. -Nos sonreímos y nos dimos un largo beso mientras que él me agarraba por la cintura y yo a el de el cuello. Por fin volvía a sentir ese cosquilleo en la barriga y esa manera de estar realmente a gusto con alguien sin pensar en lo que podría pasar, con el ejemplo de lo de David. No me había equivocado en decirle aquello, era verdad, sentía algo muy fuerte por él.
De mientras pasaba el rato se me ocurrió mirar mi reloj y vi que las horas habían pasado volando, justo entonces también me di cuenta de que se empezaba a oscurecer. Se lo dije a Kike y me acompañó hasta casa, la despedida fue difícil, no podíamos separarnos uno del otro y no dejábamos de abrazarnos y besarnos. Después de unos diez minutos en mi puerta decidimos ya ir cada uno hacía su casa. Finalmente entré con la misma sonrisa que tenía cada vez que estaba con el.

Por fin todo bien con él.

Ahora que ya estaba relajada y preparada le envié un mensaje: Si qieres hablar qdamos en 15 min en el parqe de la gran fuente.
Al cabo de un par de minutos ya pude oír mi móvil que sonaba con el tono de mensaje. Lo abrí y leí: Ahí estare. Tenía bastante claro que iba a aceptar.
Bloqueé mi iPhone y me lo puse en mi bolsillo derecho. Bajé las escaleras hasta llegar a la entrada, anuncié que me iba a dar una vuelta, me miré al espejo mientras arreglaba mi coleta y salí. 
Al rededor de unos cinco minutos llegué al parque, era pronto y lógico que él aun no estuviera ya que vive a unos diez minutos de allí. Mientras lo esperaba, cogí mi móvil y me conecté a facebook. Justo cuando estaba hablando con Eva por el chatt, un susurro alcanzó mi oreja:
-¿He tardado mucho?- Me preguntó dulcemente.
-No tranquilo, he sido yo que he llegado pronto.- Le dije algo nerviosa, pero aun así segura de mi misma.-Bueno te imaginaras que hemos quedado porque si quiero una explicación, ¿No?- Me sonrió.- Pero quiero que sepas que todo esto no tiene que ver con la decision que llegue a tomar.
-Losé.-Moví mis manos de manera en que pudiese entender de que debía empezar a explicarse.- Ese hombre era mi padre.- Paró y yo abrí tres veces más los ojos de lo que los tenía.- Según él había vuelto para buscarnos y no dejar de perder la oportunidad de tener una familia como la nuestra. Pero estaba borracho, no sabía de la mitad de cosas que decía, soltó muchas barbaridades, demasiadas. Nos dijo las mil y una maravillas a mi y a mi hermano, pero sobre mi madre insinuó de que era tantas locuras.. llegandola a llamar prostituta. Yo cada vez alucinaba más, cuando el era el que tenía un problema con el alcohol y maltrataba a mi madre, el era el malo de la familia, no ella. Al oír tantas cosas mientras se reía de ellas con una cerveza en la mano y hablando de nosotros como inútiles que no saben hacer nada sin un padre en casa, me harté de que se metiera con lo que más quería en este mundo y de que ahora intentara recuperarnos después de que yo hubiera aguantado tantas escenas dolorosas.- Me lo contó mientras se le iban cayendo lágrimas pero sin romper a llorar y aguantando ese nudo en la garganta. En cada frase que decía el corazón se me ablandaba más y le apretaba más la mano. Dejando a parte mi odio por lo violencia, entendía la forma de reaccionar de Kike y más sabiendo como era él.
-Bonito-Paré unos cuantos segundos, le miré profundamente a los ojos y seguí.- eres muy bonito, ¿Lo sabías?- Eso fue lo primero que me salió antes del típico consuelo.- ¿Sabes que no le puedo decir que no a una persona tan fuerte como tu, verdad? Esto me hace ver que realmente eres una persona que sabes muchas cosas de la vida, y que has vivido dolor.- Pensé que esta clase de gente no hace daño a la gente que quiere.
-Te quiero.- Paró y se me quedó mirando- Solo quiero que se te quede bien grabado eso, que te quiero y que sepas que confío tanto en ti que puedo contarte hasta lo más duro en mi vida- Y me besó.
-Y también sabes que si necesitas llorar estoy aquí ¿Verdad?- Me abrazó.-Aun así después de esto espero que te haya quedado bien claro que la violencia, conmigo, te puede hacer pasar malas jugadas.
-Tranquila.-Nos dimos los mil y un besos hasta que nos cansamos, y que sepáis que todo fue en el banco del fondo. 




viernes, 28 de octubre de 2011

Lo que más necesitaba en esos momentos.

Estuve meditando aquella nota, pensé que debía pedirle explicaciones por lo menos, independientemente de si  después llegara a perdonarle o no. Esa decisión me la llevó a tomar la idea de que no volvería a abrazar ese increíble pecho, a oler ese dulce olor de Kike, a sonreír a esos preciosos oscuros ojos y a tener románticos besos con él, básicamente sentía que era mi media naranja. Pero eso si, cuando vi su espantosa violencia mis pensamientos se volvieron como un gran puzle con cada pieza situada en el lugar contrario de donde le corresponde. Creo que, que la mayoría de mis lágrimas eran por mi abuelo que también ayudaron a que mi cabeza estuviera mucho peor. Después de esa larga reflexión en mi cama, la abrí y me metí dentro de ella. Conseguí quedarme dormida rápidamente ya que mi madre me había subido la infusión relajante que le pedí.
Cuando ya eran las ocho sonó mi despertador, el cual puse para poder levantarme pronto para estar a las ocho y media en la playa. Tenía ganas de desaparecer, desahogarme y dejar mi mente clara antes de escuchar la explicación de Kike, no quería dar una reacción de la cual me arrepintiese. Mientras iba hacía allí pensaba que por fin era un nuevo día pero eso no quitaba los problemas del anterior, ojalá todo hubiera sido un mal sueño.
Al llegar me puse en la parte más desierta de la playa mientras veía como el Sol salía. Hacía bastante frío, pero quería quedarme por que no había nadie y era perfecto. Aun así iba bien tapada. Me tiré en la arena, me quede mirando al cielo, me puse a pensar en que a mi abuelo todo le había ido bien, pensé que seguro que Kike tenía alguna explicación razonable, sabía que era un chico muy humilde.. Empece a pensar en positivo respecto a mis problemas, sonreí dirigiendo mi mirada hacia el Sol. Cogí mi móvil y puse música, mi música. Me levanté, inicié mi momento de tranquilidad quitándome los zapatos y subiendo el volumen de mi iphone. Puse la canción Helo de Beyoncé y empece a dar vueltas sobre la arena, a observar el paisaje, a acariciarme la melena y a saltar. Corría y corría combinándolo con algunos saltos llegando hasta la orilla de la playa donde las olas se rompían. Me sentía bien, a gusto conmigo misma, feliz, la sonrisa me salía sola. Esos momentos me hacían llegar a reflexiones como estas: Si no empiezo estando bien con migo misma, nunca podré conseguir estar bien con nadie.
Cuando estaba en la orilla me tire al suelo de nuevo y dejé que las olas refrescaran mis pies. Mi sonrisa no dejaba de salir por si sola. Estuve al rededor de unos tres cuartos de hora allí, en la playa, paseando, pensando.. Al fin llegué a la conclusión de que estaba preparada para escuchar a Kike, sabía que tomaría la decisión correcta, después de haber tenido mi momento haciendo lo que más me gusta en mi sitio favorito. Había bailado, corrido, caminado, observado mi alrededor y aclarado mis ideas suficiente, así que tranquilamente me calce y volví hacia casa.




domingo, 23 de octubre de 2011

Esa rosa y esa nota en mi escritorio.

Al fin llegue a casa, un poco tarde ya que no quería que se me notase mucho que llevaba horas llorando. Mis padres ya habían cenado, los encontré estirados en el sofá y a mi padre dormido. A pesar de eso mi madre vino hacia mi rápidamente a pedirme explicaciones. Me las inventé sin mirarle a los ojos ya que ella me lo nota todo. Me dijo que cenara pero no tenía hambre. Bebí un largo baso de agua y subí a mi habitación.
Al abrir la puerta lo primero que hice fue lanzarme hacia la cama boca abajo con los brazos cubriéndome la cabeza. Cuando ya me había relajado y tranquilizado me levanté para ponerme el pijama. Fui a ponerme las zapatillas y me apoyé sobre mi escritorio, de pronto me pinché. Se me había clavado algo en el dedo índice, miré y era una preciosa rosa roja junto con una pequeña nota que ponía: Álex sabes y se lo que nos ha pasado en la vida por eso tengo momentos de estos en los que ni pienso lo que hago, si me dejaras que te explicase todo lo que me ha llevado ha hacer esta locura... Pero perdóname, no soy así y menos con una persona como tu a mi lado. Sabes que te quiero, te quiero y mucho. Por favor, llámame.
Solté la nota de mis manos.. no supe que hacer, después de mis experiencias no tenía claro creerlo o no, si le debía perdonar o no.. no tenía claro nada, aunque creo que algo si continuaba igual: Quería estar con él.
De pronto quise asomarme por la ventana para que me diera un poco el aire y desde ahí, vi el parque en el que estuvimos esta semana, me fue duro pensar que si me cabreaba por aquello no me volvería a verme sentada en esos bancos junto a el.


miércoles, 19 de octubre de 2011

Una tarde para mí

Kike se fue a las ocho, prefería que se fuese pronto ya que no quería que mi madre se imaginara más cosas de las que ya hay. En cuanto me quede sola en mi habitación decidí que quería ir a dar una vuelta, porque cuanto más tiempo estaba cerrada más pensaba en mi abuelo, así que me calcé y me fui con intenciones de volver a la hora de cenar.
Estuve por calles desiertas, no quería mucho jaleo cerca mío. Reflexioné después de haber hablado con mi Kike, tenía razón; mi abuelo había tenido cierta suerte en la vida, porque esos momentos los pasa todo el mundo se quiera o no. Mi principal suerte era tenerlo a el. Le quería, hoy había sentido verdaderamente que le quería.
Avancé hacia un parque donde casi nunca hay nadie, y vi a un chico pegando a un hombre. No supe si acercarme o avisar a alguien, por el simple miedo de si me podía pasar algo a mi. Finalmente decidí que iría a ver sin que me escuchasen. Rápidamente reconocí la voz de esos insultos. Era Kike. Sabe que odio la violencia, y nunca me lo podía haber imaginado de él. Fui corriendo hacia ellos. Le chillé y lo intente parar antes de que llegara a matar a ese hombre. Ver esas imágenes protagonizadas por el fue duro, muy duro. Seguí intentándolo hasta que me dio. Se giró, por fin paró, me miro con cara de pena pero yo me resistí me hice la rígida, odié esa situación y que el hubiera hecho eso. Aluciné, ya que me llego a empujar, no se si por accidente o no, pero yo noté un golpe y ese pobre hombre tuvo que notar muchos de ellos. No quería estar con un chico violento.
-Álex, vamos, ven por favor, lo siento..- Los ojos se le pusieron tan llorosos como a mi al ver mi cara de decepción y miedo.
-Déjame en serio, basta.-Dije sin mover ni un poco las fracciones de mi cara.
-Álex en serio no sabes el porque de esto déjame que te explique- Suplicó intentando cogerme la mano, pero me negaba y negaba.
-Kike, me decepcionó David, alguien que no me lo podía imaginar, y de ti.. mucho menos, no quiero estar con una persona que va haciendo daño a hombres, sean buenos o malos, esto nunca Kike, nunca- Volvió a intentar abrazarme y solté mi brazo de su mano de golpe, entonces se me cayó una lágrima.- Ya.
Me fui corriendo..¡Vaya mierda de día! Me quedé en un banco y empecé a llorar, nada podía empeorar.. decidí pasar de todo y que la gente hiciera lo que quisiera con su vida que yo tenía mi mundo. Que le dieran a todo, me daba cuenta que no se podía confiar como imaginaba en las personas.
Una buena tarde acabó asquerosamente mal.

martes, 18 de octubre de 2011

Una sonrisa en ese asqueroso día gracias a él.

Después de comer estuve abrazada a mis padres todos los segundos hasta que vino Eva. Nada más verme con los ojos hinchados y rojos me dijo:
-¡Cariño! ¡No te pongas así amor! Anda ven.-Me envolvió en sus brazos sin que yo moviera los míos ni un centímetro. Me seguía sintiendo tan mal, seguía sin creérmelo, era como un padre para mi. Podía decir que era el peor día de mi vida hasta ahora. Lo único bueno en que podía pensar es que hacía poco había pasado uno de los mejores con Kike, pero en esos momentos no me servía.
Eva y yo estuvimos en mi habitación, tal como es ella me intentó animarme y distraerme, es la mejor amiga que se podía tener. Estuvimos viendo la tele y me ayudaba a superarlo y a darle razones a lo ocurrido.
Pero por fin a las cinco apareció mi chico, la persona que en ese día me hacía levantarme de la cama al menos para abrirle la puerta.
-Vida- Me sujetó la cabeza y me dio un beso fuerte en la frente. Luego saludó a Eva. A los cinco minutos ella se fue y me dejó con él.
-Kike bf.. vaya mierda de..- No me dejó acabar, me interrumpió:
-Calla por favor. No quiero oírte como dices locuras, una persona como tu. Te quejas de tu vida, cuando lo tienes todo. Eres preciosa, tienes talento, tienes a alguien que te quiere como yo, tienes una mejor amiga que te apoya en todo y sobre todo tienes unos padres que te cuidan y te adoran, Álex tienes mucha suerte. Y por cosas de estas no te puedes venir abajo porque esto es normal, es una cosa más de la vida y sinceramente, yo firmaría con morir como tu abuelo.- Dejé de llorar, me quedé con la boca abierta, tanto como mis ojos.
-¿Porqué me dices esto Kike?- Pregunté asombrada.
-Por que es verdad, y por que hay mucha gente que desearía haber tenido una vida como la tuya.-Escupió de su boca, así sin más y con la mirada baja.
-Una persona que te quiera la tienes, al menos yo, una persona que te apoya; tu hermano Iván que es de lo mejor que hay, ¿Talentos? Demasiados, y uno es conquistar con esa simple mirada, y por último pero no menos importante, seguro que tienes unos padres que están ahí día a día.- Le dije sinceramente jugueteando con mis dedos en su piel.
-Madre y no tanto como crees.-Hice una extraña cara- Creo que ha llegado el momento de confianza para que te lo cuente y así no creerass que tu vida es una mierda.-Paré a escuchar atenta, muy atenta- Cuando yo era un niño de doce años viví muchas escenas, todas recordables para toda la vida y tristes. He visto como mi padre levantaba la mano a mi madre y como mi madre lloraba sin poder hacerle nada por miedo que nos ocurriera algo a mi hermano y a mi. Por parte de mi madre se que tengo un apoyo y cariño muy grande pero todo lo vivido ya no lo podré borrar de mi mente. Pero por lo menos hubo un día en el que mi padre se fue a una de sus noches locas de bebida, de las de cada semana y no volvió- Le cogí de la mano en señal de que siguiera, que yo le apoyaba, que no pasaba nada.- Parecerá un poco cruel, pero al ver que no volvía me quité un gran peso de encima.
-¿Y todo eso de que viniste por un trabajo de tu padre?- Le pregunté fascinada.
-Mentira, solo que ahora que estábamos libres de ese hombre no queríamos arriesgarnos a que volviera y nos fuimos para no tener que volver a recordar sensaciones horribles en nuestra antigua casa. Por eso tampoco soy de los más hablador, pero he decidido empezar una nueva vida sin él y con la ayuda de la gente que me quiere. Igual que mi hermano, pero el esta mucho más feliz ahora que hemos conseguido irnos de allí, esa es su razón de felicidad.-Atenta le contesté respecto a que quería seguir su vida con la gente que quiere.
-Yo te quiero, y quiero que sepas que conmigo podrás empezar la vida que quieras y sabes perfectamente que te haré feliz ¿no?-Me puse enfrente suyo.
-Álex yo si que te quiero, desde que te vi, mi corazón latía mucho más rápido.
-Nada más al escuchar tu voz me tuve que girar para ver a la estupenda persona que me perdía tras de mi. En ese momento pensé en tu increíble perfección.- Nos miramos un largo rato, nos sonreímos y dulcemente nos dimos otro de nuestros mágicos besos. Cuando me vió más tranquila me regalo unas galletas de colores con chocolate en el interior:
-Solo quería volver a ver tu sonrisa.
Le quería como no habría querido a otra persona. Tal vez me había ayudado a superar esos momentos recordandome las cosas buenas que había vivido mi abuelo y con las cosas geniales que tenía en mi vida.