Al rato de cenar con mis padres después de dias sin hacerlo, me llamó Eva, que a la pobre la tenía bastante abandonada. Obviamente le conté todo lo ocurrido, se quedó alucinando como era nuestra historia pero realmente tengo que admitir que lo que decía sobre que era bonita era verdad, era muy bonita, aunque ella tampoco se podía quejar porque por lo que me contaba de Iván se veía que era un amor de chico. Después de una larga hora y media al teléfono con mi mejor amiga acabé unos deberes de física que por suerte no eran muy largos.
Cuando ya eran las diez pensé en repasar una coreografía de new style antes de dormirme, así que encendí mi Mac y pusé el montaje. A los 20 minutos, que ya tenia el baile bien repasado, empecé a oír golpes en mi ventana, como piedrecitas, me asomé y como no, era mi niño.
-¿Pero que haces aquí?- Dije flojo de manera que mis padres no escucharan nada.
-Intentar que mis ganas de verte aflojen.- Me contestó con su típica sonrisita picarona, aunque aun a metros de mi ventana.
-¡Shhh! ¡Que te van a oír!
-Perdona perdona princesa, ¿Pero me vas a ayudar a resolver mi problemita?-No me quedo otra que sonreirle y dejarlo subir por el balcón.
-¡No hagas tanto ruido!
-Ya esta, ya no hay ruidos.
-Bien.-Le sonreí y le dí un beso.-¿Mejor?
-Mucho mejor.- Me dijo a un centímetro de mi, mientras que le agarraba de la camiseta y nos lanzamos hacia mi cama. Empezamos a besarnos como siempre hacíamos, pero esta vez teníamos mas privacidad aunque yo por el momento no quería llegar a nada más. Si soy sincera, aunque estaba muy a gusto con el, la idea de que intentará hacer algo más allá conmigo no me dejaba de dar vueltas, así que paré un momento y le tuve que preguntar aquello que no dejaba de preguntarme a mi misma.
-Kike..- Le llamé sin mirarle a los ojos.
-¿Que pasa?- Preguntó desconcertado. Le miré a los ojos y se lo solté:
-No eres virgen, ¿Verdad?
-Cariño, eso no importa ahora.-Y me dió otro beso.
-Sí, sí importa.-Y me alejé unos centímetros de él.-Dímelo va.
-Princesa, no lo soy, pero no te voy a forzar a nada hasta que tu no quieras ni te veas preparada, tranquila.-Por mucho que el me dijera eso, no me dejo nada tranquila, tengo que admitir que yo me rallaba por todo, y me preocupaba mucho que no se sintiera completamente bien conmigo y vaya en busca de otra.
-Vale..-Le dije sacando una pequeña sonrisa, aunque mi cabeza no pensaba en un vale.
-A ver Álex, vale no, hablemoslo, no quiero que te quedes así. ¿Que piensas?
-Pienso que tal vez no te doy todo lo que necesitas y que llegará un momento que te cansaras de mi..- Le solté con la mirada baja, pero el me cojió de la barbilla y me la levantó.
-Nunca, eso nunca. Esperaré el tiempo que haga falta, son demasiadas las ganas de estar contigo, te adoro.- Ahí si que me dejó algo mejor y volvimos a nuestros preciosos besos.
Cuando llegaron las doce, dijo de irse.
-No te vayas.-Le pedí sin soltarlo del brazo.
-¿Y tu madre?
-No importa, no entrará, mañana sales por donde has entrado y ya esta.- Nos reímos. Así conseguí que se volviese a estirar conmigo, le envió un whats a su hermano avisándole y en cuestión de minutos caí dormida abrazada a su pecho.